Después de la crisis
Manuel Castells – La Vanguardia 21/02/2009 (fonte: cienciasyarte)
Nell’articolo Castells ci spiega che questa crisi finanziaria ed economica non è la fine del capitalismo, ma che dobbiamo pensare a “un nuovo tipo di capitalistico in cui sistema finanziario abbia un ruolo di appoggio e non di motore, e che includa un “calcolo” ecologico e sociale, non solo monetario“. Secondo Castells anche il modello welfare e la ridistribuzione delle ricchezze sostenuta dalle sinistre non può bastare, perché disoccupazione e indebitamento pubblico non lo permettono più. Conclusione: in compenso aumenterà il nostro tempo libero.
“Vivimos en una peligrosa fantasía. A saber, que esto es un mal trago, pero que en unos meses o máximo un año la crisis económica habrá pasado y todo volverá a ser como antes. Pues no. Nunca volverá a ser como antes.”
“No es que salgamos del capitalismo, sino de la forma de capitalismo global que ha caracterizado el mundo en los últimos veinticinco años. Un modelo triunfante, de idolatría de un mercado al que se le suponía un automatismo benevolente de creación y reparto de riqueza y, de paso, garante de la libertad individual, conectando países a lo largo de su marcha triunfal en todo el planeta, obviando gobiernos y desoyendo reguladores, propulsado por una revolución tecnológica también teñida con tintes libertarios. Vanidad y todo vanidad.”
“De modo que sabemos de dónde salimos pero no adónde vamos. Lo único seguro es que su consumo de bienes y servicios bajará y su tiempo para vivir aumentará. A condición de que no se haya olvidado de vivir y no le atenace la angustia de cómo salir del entramado de deuda en el que perdió sus mejores años. Después de la crisis económica, la esperanza de una nueva cultura.”
Commento: secondo Castells cambierà tutto, tranne il capitalismo (sistema basato sul profitto) che dovrà confrontarsi con ambiente e problemi sociali – e con la speranza che aumenti la trasparenza e condivisione delle scelte anche nell’amministrazione dell’economia. La sua idea è dunque “esperanza” in una nuova cultura. Un po’ poco.